lunes, 2 de enero de 2012

Viaje al Fin de la Noche. (1932) Louis-Ferdinand Céline (1894-1961)

CÉLINE, Louis-Ferdinand. Viaje al fin de la noche. Barcelona: Círculo de Lectores, 1994. Traducción de Carlos Manzano.


Desoladora obra, inundada de pesimismo, es esta en la que Céline, mediante su protagonista y narrador, Ferdinand Bardamu, nos ofrece su visión de la realidad: un cúmulo de horrores sin fin que se suceden en cualquier país, en cualquier edad, en cualquier ambiente.
Persigue Céline la noche, en su imaginario viaje, persigue el fin como única luz que mitigue las miserias de su existencia. Persigue la muerte, que a la vez corre tras él. La existencia es cruel y feroz, atroz para todos los que habitamos estos días que no ofrecen mejor posibilidad que la de ser engranajes del sinsentido, del abuso, del mercado. Pero, ¿quién es lo bastante valiente para buscar la muerte? La Vida es demasiado fuerte y se aferra a nosotros. Nos embauca con sus placeres y la luz de la juventud, música, ruido al fin y al cabo, que nos impide pensar.



[Noche estrellada. Van Gogh]

Se mueve Bardamu de un lugar a otro (África, París, Nueva York), dando tumbos, sin objetivo, dejándose arrastrar por la existencia. Tan sólo en el efímero placer del sexo halla alivio. Ansía el sueño (“esa tranquilidad idiota y divina”, “esa indiferencia” (p. 507)), ese abandono, pero este le rehúye. Y le hace sentir culpable cerrar los ojos. No es fácil, ante el horror y la desesperación que le rodean. Y ante el miedo al otro. ¿Cómo dormir tranquilo entre los hombres?


[Depresión. Van Gogh]

Prosigue Bardamu su viaje, no en pos de nuevas experiencias ni estimulantes hallazgos, que sabe no hallará (“el viaje […] ese modesto vértigo para gilipollas” (p. 257)), sino como un destino inevitable, irremediable.
Comienza la obra con veinte años, cuando ve pasar el ejército ante él mientras se encuentra en una terraza de París. Sin dudarlo se alista, para descubrir el horror de la guerra, la aniquilación ciega (se mata al enemigo que no conoces de nada ni nada tiene contra ti y se mata al amigo por error).
Consigue ser alejado del servicio y marcha a África para presenciar los abusos del colonialismo, de los funcionarios y mercaderes, de los esclavos que se venden.


[Kubin]

Embarca después camino a Estados Unidos, el país cuyas avenidas compara con grietas tras descubrir que ¡ha sido vendido por el cura de la misión! No halla allí más que explotación, sumisión, indiferencia y hostilidad: “una tortura arquitectónica gigantesca, inexpiable” (p. 247). Pensar ante tal ruido parece imposible. Y, además, no es lo que se espera de ti, le aseguran al ir a pedir trabajo. Tan sólo las mujeres americanas le proporcionan alguna alegría, y en particular Molly, a quien conoce en un burdel, único lugar de EEUU donde se siente acogido. Pero ha de proseguir, le dice, no lo puede evitar.


[Francis Bacon]

Vuelve a Francia y termina sus estudios de medicina. Mas no pretende asentarse y hacerse rico. Se siente siervo cuando atiende a los ricos y miserable por cobrar a los pobres. ¡Y se le desdeña por cobrar poco o no cobrar! Y porque no tiene coche.
Describe y desprecia la miseria del pobre, que se vende al patrón al precio de su vida entera (el criado, el último entre todos los seres humanos, no lo olvidemos nunca, espeta (p. 255)). Los hay que sólo viven en espera de una pensioncita, por la que son capaces de hacer cualquier cosa. Pero todos permiten e incluso desean que se reanude el mismo fracaso estúpido en sus descendientes.
No es mejor el rico que el pobre, pues se llena la panza con el trabajo de otros. “No hacen el mal en persona los ricos. Pagan” (p. 392). Abusan, destruyen. “Los grandes encumbrados, que sólo pueden pensar en el pueblo por interés o por sadismo” (p. 83).


[Linda maestra. Goya]

Penosa es la imagen que tiene Céline de la mujer, de quien dice que tiene naturaleza de criada (p. 94). Se embriaga con la idea del amor que se le ha inculcado y no es capaz de ver más allá. Se encandila fácilmente ante el brillo de los galones y la satisfacción fácil. Difícil es para ella superarse, puesto que no es capaz de meditar, añade (p. 286). La considera simple, pues un hombre siempre tiene algo más. Tampoco las madres salen bien paradas, siempre deseosas de un hijo modélico, trabajador entusiasta (p. 161). La mujer es capaz de hacer alarde de sentimientos, pero es la primera en incitar al macho a la encarnizada lucha con estridentes llamadas (p. 317).
En todos sus viajes le precede Robinson, a quien encuentra nuevamente en el hospital francés donde trabaja. Es otro espíritu inquieto que no encuentra sosiego. Robinson muere, al final, tiroteado por su novia, que no quiere ser abandonada y es incapaz de comprender que, a veces, el amor es insuficiente. Nos separa la vida, intenta explicarle Robinson, pero ella no quiere o no puede entenderlo.


[Estudio del cuerpo humano. Francis Bacon. 1949]

Bardamu intenta aliviar a su amigo moribundo, de quien envidia su valentía, pero se siente incapaz, endurecido, seco. Me falta, dice, la gran idea humana, el amor por la vida de los demás (p. 585).
La vida nos arrastra y nos separa. Hacen falta bondad y conocimiento para llegar más lejos (p. 545). Pero, como diría Kafka, nos dominan el miedo y la indiferencia.
Con el paso del tiempo el mundo comienza a abandonarte. Ya no le resultas útil. Y tú empiezas a distanciarte. “Abrevias… Renuncias…” (p. 540). Abandonas incluso el gusto por los placeres. Te invade el hastío. “En adelante te basta con jalar un poco, tener un poco de calorcito y dormir lo más posible por el camino de la nada. […] Sólo conservas, preciosas, las pequeñas penas” (p. 541). Y llega la noche que buscas y te busca.


[Desesperación. Giotto]

4 comentarios:

  1. Te felicito, Roberto, por este magnífico comentario al 'Viaje' de Céline, autor por el que tengo predilección. Una apreciación certera de las visiones que atormentaban a Céline y que plasmó magistralmente en toda su obra.
    El tópico 'Feliz 2012' no excluye que mi deseo para ti sea sincero. Celebro que te hayas reincorporado al mundo de los muertos vivientes, como sin duda somos todos los que aún pretendemos estar vivos. Un fuerte abrazo.

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  2. Hola, Antonio:

    Soy Pilar, responsable del blog junto con Roberto.

    El texto que has elogiado lo escribí yo hace algún tiempo, y agradezco sinceramente tus palabras.

    Aprovecho para darte también las gracias por tu constante apoyo al blog, y para desearte lo mejor para el nuevo año.

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  3. Amigo Antonio:

    Muchísimas gracias por tus cálidas palabras y tus buenos deseos. No hay ocasión mala para expresarlos y yo también te traslado mis esperanzas de que el 2012 te sea propicio.

    Como siempre, lo que dices (me refiero, en este caso, a los "muertes vivientes") me parece justo y enriquecedor. Y, vaya, en eso andamos. Es cierto que tengo "en cartera" algunos textos relacionados con Kafka para el blog. Entre ellos, una reflexión sobre la traducción (inédita) que Pilar y yo hemos hecho de "The Loves of Franz Kafka", de Nahum N. Glatzer.

    Mil gracias por tus palabras.
    Roberto

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  4. Bien, Pilar, pues parece que tenéis una vena literaria intensamente conectada. Como batallita al margen, os comento que, 'once upon a time', tuve la fortuna de jugar un match de ajedrez por equipos en Meudon, suburbios de París, y vivir la consiguiente emoción al pasar por la que había sido casa de LFC. Reitero mi felicitación y abrazo para ambos.

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