1) Ajedrez del diablo
El único defecto que le
encuentro al Diccionario del Diablo
de Ambrose Bierce es la falta de una definición de “ajedrez”. Claro que tenemos
la lúcida malicia de Flaubert, pero ¿para qué resignarse con algo pudiendo tener
más? Así pues, me invento que he encontrado un ejemplar de la obra de Bierce en
el que aparece la definición de “ajedrez”. Y esta es:
AJEDREZ. 1. Deporte que
consiste en estar sentado y levantar objetos que no pesan, y que termina cuando
uno de los jugadores se cansa de sostener la cabeza entre sus manos. 2. Arte
marcial del cerebro que fomenta las ganas de asesinar, la hipocresía y la idea
de que ser tonto es lo contrario de ser humano. 3. Prueba del ocho por ocho de
que se es tonto.
2) Ajedrez sin Maupassant o viceversa
Tengo en PDF las 1144 páginas
de Maupassant Original Short Stories.
Podría tener una tortuga o un cactus, lo sé, pero la cultura es barata, no hay
que alimentarla ni regarla, y un PDF no ocupa lugar en el espacio. La cosa es
que 1144 páginas son demasiadas para que no haya ni la frecuente referencia
inútil al ajedrez, o eso me parece, y como no sé si esto supone un desprestigio
para Maupassant o para el ajedrez, he decidido salir de dudas escribiendo el
microcuento…
Mates del loco
del pasillo
Habíamos terminado de fumar
las pipas de crack. El edificio en
construcción regurgitaba la noche. Hacía frío y las ratas no daban calor. Vimos
cómo el loco venía arrastrándose por el pasillo, deslizándose sobre un vómito
de ketamina. Sin mantener el equilibrio, nos levantamos y uno a uno le fuimos
dando mate tras mate hasta que, aburridos, nos quedamos dormidos. Luego se hizo
de día, y pisamos la acera, y compramos algo dulce.
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