viernes, 23 de marzo de 2012

La imposibilidad de una isla



No existe la posibilidad de una isla, y menos aún de una roca. Sólo  espejismos

Sé que no soy quien remueve tus entrañas, sólo quien las irrita.
Y luego está el espejo del mundo, que todo lo tergiversa, pero  ofrece su versión multiforme

Bien educado no es lo mismo que domado
Cuanto más digo, más me desdigo

Dios esclavo del placer
Todo depende de la capacidad de soportar la realidad. Pero, qué es todo? una angustia eterna?
El punto lo es todo, si no, es un punto y aparte

Rodilla en tierra y mano ofrecida para que la bese
Una genuflexión?

Qué más quisiera que  vivir en la inocencia

No eres difícil, eres complicado

Te deseo. Te anhelo
Con una fuerza descomunal
Ese delicioso néctar, esa ambrosía

Pero llega esta fina cuerda que nos tensa
Invisible y dura
Cruel egoísmo satisfecho, aquel de los que no carecen. Quinta columna? poesía? amor? 

Cierras tus puertas para mí

ya no me necesitas

Eres único, pero no el único.

2 comentarios:

  1. "Qué más quisiera que vivir en la inocencia"... mmm mucho no me lo creo, si así fuera no escribirías... Me gusta tu sitio, quizá porque, precisamente, no esté en un cien por ciento de acuerdo.

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  2. Estimado amigo:

    Gracias por visitar nuestra página, por visitarla y leer y, sobre todo, por leer con la máxima atención. Y muchas gracias por la última parte de su comentario, que entendemos como un elogio. No sé si por suerte o por desgracia, uno ha sido educado en la escuela del escepticismo, así que cuando me sorprendo teniendo una “convicción” comienzo a dudar de la verdad de la ocurrencia de turno y empiezo a sospechar que tal vez esa conclusión es fruto más de mi pereza mental que de mi probidad intelectual. Así que tampoco yo estoy de acuerdo casi nunca con casi nada de lo que digo.

    El texto del que extrae la cita es un pequeño experimento que Pilar ha elaborado a partir de frases oídas y leídas aquí y allá: se trata de un readymade poético de desesperaciones e inhospitalidades encontradas y reunidas tratando de introducir la mínima forma posible en el caos de su procedencia.

    Las relaciones entre inocencia y escritura darían para una reflexión casi infinita, pero recojo su comentario como una invitación a entrar en esta materia.

    Gracias de nuevo por su presencia y su participación.
    Roberto

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